Antes de adentrarnos en la historia del quiromasaje, debemos desentrañar el término quiromasaje, que se compone de dos voces: quiros, que es un término derivado del griego y significa manos, y masaje, heredado del francés y significando amasar. Por tanto, el quiromasaje es el arte de amasar con las manos.
Si buceamos en la historia del quiromasaje veremos que su práctica, según las referencias que tenemos, se remonta a varios milenios antes de nuestra era. Aunque también hay quienes apuntan que es una técnica que se ha venido utilizando desde la noche de los tiempos de manera instintiva con el fin de lograr resultados sedativos y curativos.
¿Dónde surgió el Quiromasaje?
Como hemos dicho al inicio que la palabra masaje es una voz heredada del francés. ¿Verdad? Pues casualidad o no, lo cierto es que se han encontrado datos muy iluminadores en una caverna francesa que hacen referencia a la práctica del quiromasaje. Lo más sorprendente es que esta cueva data del período auriñacense. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que estamos hablando de 30 ó 40 milenios antes de Cristo. Sin embargo, datos más explícitos sobre la historia del quiromasaje existen en documentos chinos del Tercer Milenio Precristiano, y lo mismo ocurre con datos recogidos en India hace 1.800 años antes de Cristo. Las tumbas faraónicas, por su parte, también contienen inscripciones que avalan la historia del quiromasaje entre el pueblo egipcio. Y se han hallado papiros griegos donde aparecen maniobras y técnicas sobre las extremidades inferiores para el tratamiento de ciertas dolencias de espalda.
Pensamos, por tanto, y sin atisbo de duda, que las manipulaciones surgieron simultáneamente en diversos lugares del planeta y en diferentes épocas históricas, sin que ninguna civilización o país pueda verdaderamente atribuirse su descubrimiento. Existen, obviamente, civilizaciones que le han dado un cierto impulso, como puede ser el caso del pueblo griego, donde el Padre de la Curación, Hipócrates, dijo en cierta ocasión: mirad la columna vertebral y veréis la causa de muchas enfermedades. Con esto quiso señalar la importancia de esta región del cuerpo que otros muchos habían olvidado o descuidado. Hipócrates además creía que todos los médicos de su época debían de aprender a aplicar el masaje en dicha zona, recomendando la fricción sobre las articulaciones para casos de rigidez, y también defendía el masaje abdominal como medio de combatir el estreñimiento, tanto es así que la historia del quiromasaje, siglos después, nos deja evidencias de emperadores romanos que se hacían tratar diariamente para ser aliviados de sus padecimientos. También los gladiadores, como dato curioso, recibían tratamientos manuales con ungüentos para fortalecerlos antes del combate.

El Quiromasaje en la Edad Media
Todos estos avances encontraron una barrera en su desarrollo al llegar la Edad Media. Fue una época oscura, de recesión para el conocimiento, instigada principalmente por las creencias religiosas del momento. Se tuvo que esperar hasta el Renacimiento para abrir un nuevo capítulo en la historia del quiromasaje, rescatando y dándole valor a los conocimientos heredados de las civilizaciones pasadas y definiendo ahora una base científica que permitía, abiertamente, hablar del Quiromasaje como ciencia.
El Quiromasaje en el siglo XIX
Aunque ha habido muchas personalidades ilustres que han potenciado y desarrollado el masaje, relacionándolo con la curación y alivio de muchas enfermedades, no podemos hablar del quiromasaje como tal hasta el nacimiento del Dr. Johann Georg Mezger (Ámsterdam, 1839-1909), a quien podemos considerar el pionero del masaje científico en Europa, pues lo aplicaba en sus tratamientos y lo promulgaba mediante su tesis Tratamiento de las luxaciones articulares por medio del masaje.
La Historia del Quiromasaje en España
En nuestro país, España, el quiromasaje fue introducido en la década de 1930, y desde entonces ha venido desarrollando una base científica apoyada principalmente en la anatomía y fisiología del cuerpo humano. También se ha convertido en una valiosa técnica de curación de la que puede disponer cualquier Naturópata.
Esta es la historia del quiromasaje, una crónica que aún no ha terminado y a la que le esperan años muy prometedores y muchos nuevos fascículos por escribir